Ecatepec es el municipio con la peor percepción en inseguridad y las autoridades de seguridad pública afirman que el 60 por ciento de los delitos denunciados en todo el estado se cometen ahí. A Gina e Irene, vecinas de la colonia Jardines de Morelos, un grupo de policías municipales las acusaron falsamente de narcomenudistas. Esta es la historia de dos mujeres mexiquenses que van a terapias psicológicas y se practican exámenes antidoping por una adicción que nunca tuvieron, como única alternativa para evadir la prisión.
Ahora se ríen de su periplo en el sistema de justicia del Estado de México, a pesar de que platican en el mismo edificio donde las torturaron hace 10 meses. Gina e Irene -nombres ficticios para proteger su identidad- casi terminan en prisión por un delito que no cometieron. Aunque eso no significa que hayan quedado libres.
El viernes 3 de agosto del 2018, cuando estaban a punto de comer, escucharon golpes en el portón de la unidad habitacional. Era un comando de policías del municipio de Ecatepec que inspeccionaba zonas identificadas como puntos de venta de drogas en la colonia Jardines de Morelos, como parte del operativo interinstitucional denominado Ecatepec V.
“Mi puerta estaba abierta porque apenas íbamos a salir por tortillas para comer. Se escucha el ruido del portazo, mi amiga se asoma a la ventana y me dice: ‘Están entrando policías’. Yo dije: está bien, pues vamos por las tortillas. Cuando íbamos caminando, (un policía) se mete y me dice ‘¿A dónde vas hija de tu puta madre?’, relata Gina, una mujer joven de 21 años.
Gina es no pasa del 1.60 de altura. Usa jeans entallados, zapatos bajos, chaleco de mezclilla y carga una bolsa terciada de esas que llaman mariconeras. Tiene una perforación en la nariz, y las sombras plateadas con la que cubre sus ojos no hacen más que resaltar sus pestañas alargadas por el rímel.
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